
El partido comenzó de forma frenética. La primera ocasión fue para el Racing, en concreto para el ex malaguista Geijo, cuyo remate cruzado se fue fuera por poco. La respuesta malaguista llegó a través de Valdo. El leonés cabeceó de forma forzada, en primera instancia. un buen centro de Alberto Luque. Y, a continuación, el interior derecha puso nuevamente en complicaciones al guardameta visitante Toño tras rematar, de cabeza, un saque de banda de Manolo Gaspar.
El encuentro entró en una dinámica de juego espeso, que se vio interrumpido con un remate de Baha en el área pequeña que no pudo conectar con precisión. Seguidamente, Munitis, de cabeza, rozó el poste de la portería defendida por Munúa. Fue un aviso de lo que llegaría un minuto después. Geijo protegió, de espaldas, un balón en las inmediaciones del área malaguista y se inventó un sensacional pase entre líneas para dejar solo a Arana, que batió al meta uruguayo en el minuto 36 de partido. La última ocasión de la primera mitad fue para el Málaga en las botas de Manolo Gaspar, pero su volea, tras un rechace de un córner, se fue fuera.
En la reanudación, el técnico Juan Ramón Muñiz movió el banquillo y dio entrada al malagueño Apoño, que debutada esta temporada tras superar su lesión. El de La Palmilla le dio más movilidad al equipo, que no pudo aprovechar las continuas oportunidades que se crearon en los primeros compases de la segunda mitad, con un Málaga incisivo que siempre llevó la iniciativa. Duda y Obinna fueron los primeros en poner en aprietos a la defensa visitante. El Málaga se la jugó con la entrada al terreno de juego de Forestieri y Edinho. El argentino volvió a ser un incordio para los zagueros cántabros, mientras que el delantero portugués tuvo la primera nada más saltar al campo, tras servicio de Juanito, pero su disparo se fue al lateral de la red. La recompensa malaguista no tardó en llegar. El portugués Duda, que partió de inicio como lateral, anotó de magistral falta directa el 1-1.
Sin embargo, el empate, en lugar de espolear aún más a los blanquiazules, fue el despertar racinguista. En el único acercamiento visitante, los de Juan Carlos Mandía no fallaron. Morris, de cabeza en el área pequeña, consiguió el 1-2 al rematar de manera franca un lanzamiento de falta. Mazazo para un Málaga que siguió insistiendo para tratar de salvar el empate. En la última jugada del partido, ya en el tiempo de descuento, pudo llegar la igualada en una rocambolesca jugada en la que no llegaron a ver puerta ni Edinho, ni Baha, ni Forestieri, y en la que se pidió manos de la defensa santanderina. Finalmente, el marcador no se movió y el Málaga acabó perdiendo su primer encuentro en el Estadio La Rosaleda.
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